Hoy es el momento perfecto para hablar con el hermano del que te encuentras distanciado
este día te brinda la gran oportunidad de buscar a tu papá al cual no ves hace mucho por resentimientos y enojos vanos.
La esencia de la Navidad es que el salvador de la humanidad nazca en tú corazón, la fecha es incierta, lo que realmente cuenta es la experiencia espiritual que te lleve a crecer como persona, hacer un bien y a perdonar y ser perdonado ¡realmente no es difícil! Se trata de generar un carácter que te de la evolución de la conciencia y te lleve a la conducta y acción adecuada.
Puedes hablar con la hermana que era la favorita de tú mamá y decirle lo que piensas de eso, verás que quizá solo era una percepción equivocada que te llevó al resentimiento. También puedes pagar ese dinero que alguna vez te prestaron y no respondiste a la confianza, ¡eso es vencer el EGO! Dale ese gusto y haz la paz con esa persona que creyo en ti, siempre podemos cambiar para mejorar.
Ahora que ese bien por supuesto que te lo puedes hacer primero a ti mismo(a) de esto se trata la navidad, amarte poniéndote en primer lugar, generando límites a los demás para propiciar ese respeto que tanto nos beneficia, saber decir no a lo que no nos gusta o no queremos hacer, mejorar nuestra imagen para crecer profesionalmente, comenzar un nuevo plan de estudio, otro de ejercicio y buena alimentación para mantener un peso adecuado y buena salud. Cambiar la actitud para que vengan cosas diferentes.
La navidad nos da la oportunidad de un nuevo nacimiento propio, de estar en el presente olvidando los errores del pasado y dando los pasos para la edificación de un nuevo futuro.
Así qué…
Haz la llamada al amigo con el que te resentiste.
Busca de inmediato a tu papá o mamá y abrazalos y pide su perdón aunque él o ella sean quien se equivocaron.
PERDÓNATE y sigue adelante, no dejes que el pasado te sepulte, todo fue una lección, no una condena.
Corre a ver a tú hermano, dale paz y comprensión, el eres tu, tu eres él.
Esta navidad puedes cambiar al mundo cambiando tú corazón.
De eso realmente se trata todo esto.
Juan 3:16
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